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Estrategia digital: ¿qué dificultades entraña la digitalización?

No hay manera de evitar la digitalización en la ingeniería mecánica: eso ya está bastante claro. Tiene un gran potencial por explotar, pero obviamente también complicaciones.

El mayor reto asociado a la digitalización es también el primero que se ha de superar: empezar pronto. Las empresas que se han estado demorando deberían actuar ya. Y es que la digitalización es un proceso gradual que requiere años y no se puede conseguir de la noche a la mañana. Eso significa que también es difícil recuperar el terreno perdido cuando nos hemos quedado atrás. Las empresas que todavía no tienen una estrategia digital deberían afrontar el reto y ponerse a trabajar en ello ahora mismo, antes de que sus competidores queden fuera de su alcance. De todos modos, las empresas no deberían sentirse forzadas a lanzarse a la transformación digital: tienen que ser conscientes del valor añadido y de las nuevas oportunidades que genera la digitalización.

Despliegue de una estrategia digital: desde la sala de juntas hasta la planta de fabricación

Para que una empresa pueda empezar a cambiar, es importante diferenciar las formas que la digitalización puede adoptar. Por una parte, la digitalización puede suponer un incremento de la eficacia operativa. Esto implica utilizar infraestructuras, tecnologías y herramientas digitales para optimizar procesos internos sin que ello afecte al modelo de negocio fundamental. Por otra parte, la digitalización se puede entender como la realineación sistemática del modelo de negocio de la empresa. En el caso de la ingeniería mecánica, cabe suponer que ello implique la creación de un mercado de datos de ingeniería. Es por este motivo que la empresa debería especificar qué significa concretamente la digitalización para sus propias operaciones antes de comenzar a desarrollar su estrategia digital.

La digitalización comienza en la sala de juntas, pero hay que involucrar al resto de la plantilla.

La consecuencia lógica es que la digitalización debería entenderse como una estrategia a nivel de toda la empresa y, por tanto, debería ser impulsada por el equipo de dirección. Puede ser útil especificar o nombrar un Director Digital (CDO, por sus siglas en inglés) que asuma la responsabilidad de desarrollar e implementar la estrategia digital. Sin embargo, aunque es esencial asegurarse de que el equipo de dirección esté implicado en la digitalización, eso no significa que el resto de la plantilla pueda limitarse a seguir con sus asuntos. La capacidad de hacer frente al cambio, las aptitudes sociales y los conocimientos en TI son cada vez más importantes debido a la digitalización, de modo que las empresas se enfrentan al reto añadido de proporcionar formación básica y adicional. Por consiguiente, una cultura consolidada de aprendizaje continuo es crucial para el éxito del proceso de digitalización y el desarrollo de nuevos modelos de negocio digitales.

Diversos retos de una estrategia digital

Considerando todas las complejidades técnicas que implica una estrategia digital, puede ser muy fácil perder de vista aspectos tales como la innovación y la creatividad. Sin embargo, es crucial alimentar el potencial del personal creativo. Para ello se pueden utilizar varias medidas estructurales, como los laboratorios de innovación internos, donde algunos empleados especialmente seleccionados disfrutan del espacio y la libertad que necesitan para encontrar soluciones originales. Incluso las ideas más simples y aparentemente absurdas pueden convertirse en algo realmente grande, como ha demostrado el éxito alcanzado por innumerables empresas emergentes. Más aún, las empresas deberían estudiar la creación de un departamento dedicado al crecimiento futuro.

La falta de redes de banda ancha sigue dificultando la digitalización en ingeniería mecánica.

Siempre se espera que las infraestructuras y los equipos técnicos se adecúen a las capacidades de la plantilla, pero no cabe decir lo mismo a la inversa. De acuerdo con el “Informe de seguimiento de la economía digital de 2018”, publicado por el Ministerio de Economía y Energía alemán (BMWi), la proporción de empresas de ingeniería mecánica donde toda la plantilla utiliza infraestructuras digitales es tan solo del 41 %. Esta estadística es todavía más decepcionante si se consideran las ventajas que reportan dichas infraestructuras. Por ejemplo, los bancos de trabajo flexibles incrementan la productividad al permitir que cualquier trabajador inicie sesión en ellos con su propia cuenta. Otro informe del BMWi (“Digitalisierungsprofil: Maschinenbau 2018”) indica que el principal obstáculo para la digitalización en ingeniería mecánica podría ser la falta de redes de banda ancha. Según este informe, el 68 % de las empresas de ingeniería mecánica son de esta opinión, porcentaje que se sitúa por encima de la media en comparación con el conjunto del sector comercial (43 %). Alrededor de un 46 % de las empresas de ingeniería mecánica también creen que la digitalización cuesta demasiado tiempo, mientras que el 41 % consideran que los problemas de seguridad TI son un obstáculo.

Más retos a causa de los macrodatos

También crece el volumen de datos de clientes en poder de las empresas, especialmente debido a la digitalización. Este expansivo y a veces desestructurado conjunto de datos se conoce por la denominación inglesa de “big data”, que en español se ha dado en llamar “macrodatos”. Este tipo de volúmenes de datos encierra un potencial enorme: aunque la mayoría de las empresas solo analizan una pequeña parte. Los macrodatos presentan dos retos claros para las empresas. Primero, necesitan formular una estrategia de estructuración y análisis de los datos recopilados. Después de todo, desde la perspectiva del largo plazo, las empresas que no aprovechen la oportunidad de evaluar los datos que hayan recogido y de utilizarlos en su beneficio se quedarán considerablemente por detrás de sus competidores.

En relación con el análisis de los datos, existe un abundante potencial sin explotar en innumerables empresas.

El segundo reto asociado con los macrodatos tiene que ver con la protección de datos. Los datos recopilados no se pueden conservar por tiempo indefinido. Más aún, para poder analizar datos mediante procesos automatizados, las empresas necesitan obtener la autorización expresa de la persona cuyos datos se van a recopilar y tratar. Lo ideal es que los datos recopilados con fines de análisis sean totalmente anonimizados antes de guardarse siquiera. De este modo se garantiza el cumplimiento de lo dispuesto en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y se reducen al mínimo los riesgos legales asociados, por ejemplo, a la pérdida de datos. En suma, los macrodatos tienen mucho potencial, pero solo se pueden utilizar mediante procedimientos seguros, con los conocimientos adecuados y con un importante trabajo de planificación.